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Alcolirykoz Otra Canción Larga Letra


Alcolirykoz Otra Canción Larga Letra
Salí del baño y me atracó una rima y me senté a escribirla, igual que hace trece años en la cocina.
Soy el hijo de Marina y no sé nadar, solo sé que la amo con las mismas ganas que se bebe pa' olvidar.
Dicen que uno sabe que está envejeciendo cuando la felicidad lo pone nostálgico (es verdad).
Mi abuelo decía "
Vivir tantos años también es ver morir a muchos, ahí le dejo esa inquietud muchacho."

Y ahí voy yo, borracho escuchando a Tito Rodríguez, inolvidable como los demonios que me persiguen, recordando al viejo siempre dando clases sin enseñar, mudo, sentado en su mueble escuchando salsa.
Recuerdo mi rúbrica y esas sensaciones únicas cuando conocí esta música, yo solo bailaba Mamblues sin descansar, era el Dios del viento, nadie me podía parar.
La necesidad era un juego, gracias al televisor creía que todo era a blanco y negro.
Así que chismosas no se preocupen, decían que era pobre, la ventaja fue que yo nunca lo supe.
Perdía matemáticas tal vez por discutir: menos por menos siempre te da más para mí nunca fue así.
La calle me enseñó a vivir, a escribir, a resumir; el amor a sumar, y el desprecio a dividir.
Contando con los dedos cuántos días nos quedaban en esta carrera de relevos, donde había que elegir eras pillo o el rapero vago y yo ¿Adivina cuál de las dos escogí?
Mi lápiz disparaba, las pistolas escribían.
Yo vivía en mi cuaderno, afuera se morían, saltando muros con mi primo más de metro ochenta, jugando seguimientos volamos sin darnos cuenta.
Graffiti en los noventa, nuestro pan de cada día, ya hacíamos Hip Hop y sin conocerlo se sentía, lo que se empeñaba se perdía.
El Goldstar y nuestra casa "
More" no han vuelto todavía, así aprendía a encontrar vías, todo lo que hacía lo sumaba, a todo le sacaba el IVA, yo iba y venía, yo iba y venía, viajaba sin moverme ¡Vaya suerte la mía!
Como cualquier niño jugando a las escondidas, siempre me buscaban no siempre aparecía, hoy no han podido, ni con brujería.
Por estos días el niño del que te hablo sonríe todavía.
Otra canción, otra canción, otra canción,
que si te pide permiso es para no pedir perdón.
Otra canción, otra canción, otra canción,
que llega tarde y ni saluda y en eso no mando yo.
Otra canción, otra canción, otra canción,
que si te pide permiso es para no pedir perdón.
Otra canción, otra canción, otra canción,
larga, larga como el adiós.

(Kaztro)
Abrí los ojos, entre paredes la mesa y una conversación, y lo único que separó el secreto ha sido esta canción, esa que no se olvida como el hambre y la imaginación dejándome ir donde quiera sin dejar de ser yo.
De niño aprendería a coger un taxi por si me perdía y este hombre que buscó en el Rap encontró por fin su vía.
Recuerdo cuando un amigo me dijo que sintió al matar, no creo que sea peor de lo que sentí al no verlo más.
Hace años que mi Padre en mis sueños se sigue yendo, igual los sueños son motivos para seguir durmiendo, en un rincón del alma estaba lo que la plata no mueve, llorar con Miltiño, recuerdos que la felicidad me concede.
Con valor cuento mis tristezas para que tengan un precio, a ver si en las esquinas me las roba algún necio, la epilepsia solo cuenta las veces que me ha empujado, porque perdió la cuenta de las veces que me le he levantado.
Los tornillos en mi rodilla sostuvieron lo que nadie espera, vi narices blancas y yo aquí disfrutando mi borrachera, este corazón gaguea y mi Madre ni cuenta se ha dado que lo que soy yo en mi grupo lo es ella a mi lado.
Los golpes a la vida y a la puerta llegan con intriga, como nuestras fotos que algún día también serán antiguas, en mis hermanos sigo viendo un ejemplo de cómo he sido, todos estos sobrinos míos en mi pecho resumidos.
Sin olvidar mi niñez todo se volvió más práctico, así encontré trabajos en los que me despidieran rápido, bailé al ritmo de carruseles sin pensar en Disney World, mi abuela sufrió por todos pero ella no envejeció.
Y aquí estoy tertuliando conmigo, gritando ¡Amo mi pasado!
Poniendo el futuro en peligro, nombrándonos el nombre para que nunca se nos olvide, que por estar pensando en los demás, ni uno mismo vive.
Al saber que estas calles me roban la soledad, sola llegó mi compañía y sé que volverá a pasar, cual pesar mi dignidad llegó sin fecha vencida, pues en estos días el niño del que te hablo sonríe todavía.
Otra canción, otra canción, otra canción,
que si te pide permiso es para no pedir perdón.
Otra canción, otra canción, otra canción,
que llega tarde y ni saluda y en eso no mando yo.
Otra canción, otra canción, otra canción,
que si te pide permiso es para no pedir perdón.
Otra canción, otra canción, otra canción,
larga, larga como el adiós.