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Hovik Keuchkerian Pipas Letra


Hovik Keuchkerian Pipas Letra
En mis noches de no viajar, la razón de mis párpados; en los latires de mi alma, deshuesada de huesos huecos; en mis dolores con sabor al parto; en el albor de los tiempos; en los escondites donde busco mi yo secreto; en mis noches que son mujeres diablesas de orden y mando; en mis dormires con sabor a placenta, a preparto; en mis caminares sonámbulos de peregrino aletargado, al grito de "apártense que me caigo".
Siento unos ojos con clavos por pupilas follándose mi espalda, tatuando mi piel con palabras que dicen "te estoy mirando".
Te estoy mirando y babeo babosas bastardas, esperando que tropieces para ganarme tu corazón cuando estés de rodillas, mi lengua se hará piedra así te lapidaré.
Sonrío.
Sonrío ahora, solo para mí.
Sonrío sin gestos, sin muecas, sin nada que no sea pintar mi cara con un lápiz de besos.
Sonrío, porque de todos los ojos clavados en mi espalda con los que he compartido camino, esperando que tropiece mi corazón ya se hizo cargo de vuestro amigo.
Amigo parásito, no podéis hacerme daño, no.
Quiero volver a creer en el hombre.
Con mis fallos por bandera y mis éxitos olvidados, renaceré para mirarme a los ojos y saber que puedo seguir soñando.
Con paseos de viejos de la mano.
Con amaneceres hundidos en abrazos largos.
Con palabras que pesen sin contratos de por medio.
Con charlas que a la nada lleven y que la nada traigan.
Con eclipses, que por un segundo oscurezcan mi nostalgia.
Con amores de verdad.
Con sexo del bueno, por supuesto, si no, no son amores.
Son cuentos de trovador, de titiritero venido a menos, de marioneta, estéril, en movimiento.
Quiero volver a creer en mí.
En los abrazos de pecho a pecho, en mi presente, en mi estómago, en mi fuerza, en mi condición humana.
Quiero limpiar mi mente de venenos traicioneros.
Que mi alma sea de nuevo el timón de mi velero.
Ser lo que nunca fui y lo que siempre he sido sin saberlo.
Ser brasa, llama, rescoldo, broza rencarnada.
Quiero ser una única alma con el resto de las almas que me hablan, con las mudas también, que aunque no digan palabras, les tiembla la garganta.
Quiero sentir como en mi parto pretérito la fuerza de los primeros pasos, el desconcierto con sabor a ya estoy aquí.
Que tiemblen los cimientos de mi futuro que ya los sujetaré yo.
A la medida de mi paso.
Soñaré con ser todos la misma alma, el mismo latir, el mismo cauce del río, y hasta el mismo río.
Soñaré con eyacular en el mar mis esperanzas y las vuestras desde el mismo pene, y en el salitre de la vagina del Gran Azul.
Engendrar un niño grande que nos cante nanas, nos de calor cuando ya seamos grandes hombres libres.
Presos respetables.