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Lola Flores Catalina Fernández La Lotera Letra


Lola Flores Catalina Fernández La Lotera Letra
30.750 lo han devuleto de Torrelodones,
llévelo pa alegrar a su parienta
que le van a tocar diez millones .
Casi ná,
pa comprarse un vagón de jamones
después de trincar
y una cama cons siete corchones
para luego dormir la tajá.
Catalina, Catalina Fernández Seisgallos
nacía en Umbrete.
En ca´pie dos docenas de callos
y tres de juanetes.
Natural, tú no ves que me harto de andar
de acá para allá igual que un cartero,
pués estoy, por mi madre, estrozá
y más esmallá que el perro de un barbero,
que se come el jabón de afeitar
y le sabe a pringá del puchero
al pobre animal.
¡Tracatrá!

¡Don Benito,
ande usted cómpreme un decimito
para doña Juana ...!
Me esgañito
y a la gente le importa tres pitos
que salga mañana.
Es mejor que vendiera avellana,
o pájaros fritos,
o jancas de rana,

o que coja en el puerto un barquito
y me vaya para siempre a La Habana.

Y recorro mil veces la Gran Vía,
y Sol y Alcalá,
y no queda una cafetería,
ni un bar
ni un billá
donde no entre con mi lotería,
sin que venda siquiera un real.
Don Canuto
¿no me compra porqué está de luto?.
Doña Engracia,
porque dice que trae desgracia
y don Sixto
porque el veinte del mes ya anda listo.
Hay que ver, hay que ver, hay que ver,
lo que tengo que hacer pa comer

Yo me subo por los autobuses,
los tranvías y los trolebuses.
- ¡Pá mañana, qué van a tocar …!
En el Metro me dan siempre coba …
p'alante y p'atrá,
y en la bulla después de una soba,
no vendo una escoba
y encima de negra me ponen morá.
¡Tracatrá!

¡Baldomero,
no te vayas que tengo el primero!
¡Don Bartolo,
cómprelo que me queda uno solo!
Y de pronto, entre el venga y voy,
de esta tremolina,
esta pata que dice aquí estoy
y me quedo como una gallina
temblando y temblando,
yo me jago tres cruces volando

a ver si se pasa
esta especie de mal de San Vito,
porque tiene muchísima guasa
el ir renqueando,
de aquí hasta mi casa,
así a pie cojito,
así a pie cojito,
así a pie cojito.

Y una dama con cara de rica
se me acerca: ¿será algún calambre?
– No señora, que ha sido de hambre,
que no como desde que era chica.
Y otra vez a liar el carrete,
a seguír pregonando lo mío:
llevo un veintitrés mil diecisiete
y un trescientos que quita el sentío.
Y me trinco a un cateto del braso:
Llévalo que es un treinta y dos míl,
pero el tío que se pone pelmaso
se arranca pá mí,
y le tengo que dar un guantazo
que le pongo los dientes aquí.
(señalando la coronilla)

Y me voy de Chicote a la Elipa
sin que venda siquiera un botón,
y a todo esto me suenan las tripas
lo mismito que un acordeón.
Por las telas de mi pensamiento
pasan pollos, conejos, chuletas,
bisté con pimiento,
sardina, croqueta,
buñuelos de viento,
y perdices a la vinagreta.
¡Omaita,
que me pongo la más de malita!
Que tengo un desmayo
que no se me quita

y no veo más que platos de callos
y sartenes con patatas fritas.

Catalina Fernández Seisgallo,
de galipa perdió la razón.
y en vez de pregón,
ahora digo como un papagayo:
¡Sarchichón!
¡Sarchichón!
¡Sarchichón!