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Los Suaves El Último Pecado Letra


Los Suaves El Último Pecado Letra
Ya las tormentas de la vida
por fin me han dado sepultura esta noche
y la tierra que ahora ciega mis ojos
solo me deja ver tu sonrisa.

El destino trazo mi camino
mientras almacenaba falso sueños
esos sueños que envueltos en sombras
se quedan al final solo en sombras... si sombras,
sombras sin recuerdos.

Que dulces son los abrazos de una mujer
aunque nunca llegaras a saber el secreto que esconden
porque cuando parece que todo va bien
el amor aparece y se acaba la noche.

Y llega la fria luz del amanecer
que te hace ver que escondido entre sus risas
solloza su corazón de niña
mientras que las alegrias del hombre terminan
en pesares y fatigas.

Los malos años siempre me han llegado
encadenados como las tormentas de verano
he cometido el peor de los pecados
no ser feliz,
y ni siquiera haberlo intentado

Pero no te traiciones nunca no vale la pena
porque pronto se apaga la llama de fuego de la juventud
no te traiciones nunca, no merece la pena
pues al final de los años, solo queda el silencio
y quizás un poco de luz.

Pero ahora resulta que los viajes se hacen en casa sentados entre dos luces
todo el mundo enviando mensajes pensando que van a llegar a su destino
o golpeando esas teclas sucias y grises
que lloran y gritan cada vez que cada uno
intercambia mentiras, amor y risas
con sus amantes de cristal
mientras que justa a tu lado
en tu barrio, ese bosque de antenas, ventanas y ruido
un pobre loco escondido
te espera cada día de la noche a la mañana
solo para ver el amanecer de tu mirada
y si no puede ser, saber de que color es tu vestido.

Pero los malos años siempre me han llegado
encadenados como los incendios de verano
he cometido el peor de los pecados
no ser feliz,
y ni siquiera haberlo intentado.

Pero no te traiciones nunca no vale la pena
porque pronto se apaga la llama de fuego de la juventud
no te traiciones nunca, no merece la pena
pues al final de los años, solo queda el silencio
y quizás un poco de luz.

Verdad que parece mentira
que cuando tropiezas por fin con el sueño de tu vida
por miedo ciego o sabe Dios por qué
dejas que pase de largo
sin mover un dedo para sujetarlo
o intentar conseguirlo
entonces pobre desdichado
te vas a dar cuenta como el penultimo suspiro
que bajar al infierno es muy sencillo
solo hace falta querer
haber sido querido
y no haberte dado cuenta
hasta el fin del camino.